21 diciembre 2012

21 diciembre 2012
Obturador


El último concepto previo al manejo de la cámara en modo manual, es el de obturador.

El obturador es un dispositivo mecánico -de momento, aunque ya hay cámaras que hay suplido todas las partes móviles por un sistema electrónico- que tiene forma de cortinilla de láminas. Se sitúa delante del sensor de imagen y actúa como un telón.

Hemos dicho hasta ahora que la luz entra por el objetivo, y puede tener un caudal mayor o menor en función del valor de diafragma de la lente. Esta luz es la que llega al sensor y se plasma en él para formar la imagen pero, ¿cuanto tiempo? Esa es, precisamente, la función del obturador. Si para hablar de la apertura de diafragma usamos el símil de una manguera, para el obturador tenemos que pensar en una puerta. Esa puerta está cerrada, no permitiendo que la luz llegue al sensor. En un momento determinado -al pulsar el disparador- la puerta se abre y permanece abierta un tiempo determinado antes de cerrarse de nuevo. Ese tiempo de exposición a la luz es el que permite que se capte la imagen.

ObturadorEl tiempo que ese obturador permanece abierto, conocido como velocidad de obturación, se controla desde la cámara, y se mide en segundos o fracciones de segundo.

Puede que un segundo parezca poco tiempo pero, generalmente, en fotografía es mucho. Tanto que puede hacer que la foto nos salga movida. Por tanto, lo habitual es hablar de fracciones de segundo como 1/60, 1/100 o 1/500. Ese es el tiempo real que el obturador, esta cortinilla de la que hablamos, permanece abierta permitiendo el paso de la luz.

Como podéis deducir, un mecanismo que funciona a frecuencias tan altas, es un sistema muy delicado. Por supuesto, ¡no se toca! Si quitáis el objetivo de una cámara réflex y levantáis el espejo, apreciaréis directamente el obturador.

Y esto es todo. Con los conceptos vistos en las últimas semanas, distancia focal, apertura de diafragma y velocidad de obturación, nos meteremos de lleno en el manejo de la cámara en modo manual y veremos en qué afecta cada uno de estos parámetros, y algún otro extra.

Con esto de la Navidad, haremos un parón de dos semanas en estos pequeños y prescindibles artículos. Así que nos vemos nuevamente el día 11 de Enero -si no se acaba el mundo hoy- para zambullirnos en el manejo de la cámara.

¡Feliz Navidad y Feliz entrada, salida y lo que sea… de año!

20 diciembre 2012

20 diciembre 2012
Hoja

Hoja by Cesar Dominguez

15 diciembre 2012

15 diciembre 2012
Pulpo con fresa

Pulpo con fresa by Cesar Dominguez

14 diciembre 2012

14 diciembre 2012
Diafragma

Diafragma
Siguiendo con los conceptos previos, y a colación de lo comentado la semana pasada sobre la luminosidad de los objetivos, toca esta semana hablar sobre uno de los conceptos claves en la fotografía: el diafragma.

La semana pasada comentamos que los objetivos tenían una luminosidad máxima que era, en pocas palabras, la cantidad de luz que podía fluir por el mismo hasta el sensor. Sin embargo, en ocasiones no tiene porqué ser necesario tanto caudal y, para ello, los objetivos tienen un pequeño mecanismo llamado diafragma. Pensemos en el diafragma como en una puerta. Consta de una serie de láminas -cuantas más mejor, ya lo veremos- que hacen que ese diámetro de paso sea mayor o menor. La luminosidad nos marca el mayor diámetro que el objetivo da, pero podemos cerrar el diafragma para que sea un diámetro menor.

Nuevamente, ese cierre se expresa con la misma relación 1:X que vimos. Su variación se suele indicar en pasos -o fracciones de paso- y cada uno de esos pasos implica que esa puerta permite la entrada de la mitad de luz que el paso anterior.

Sé que es un concepto un tanto extraño, pero basta con pensar que si un diámetro determinado permite el paso de una cantidad de luz determinada, cerrar un paso el diafragma hará que entre exactamente la mitad de luz.
Los valores del mismo, desgraciadamente, no son tan sencillos, y se calculan en base a la raíz cuadrada de 2.
Rueda diafragma
Por tanto, si partimos de la relación 1:1, el siguiente paso de diafragma no será 1:2, sino 1:(raíz cuadrada de 2), es decir, 1:1,4. el siguiente será 1:((raíz cuadrada de 2)^2), lo que viene siendo 1:2. El siguiente, 1:(raíz cuadrada de 2)^3), es decir, 1:2,8. Y así sucesivamente, lo que crea la famosa escala de valores de diafragma 1,4/2/2,8/4/5,6/8/11 etc.

Estos valores se conocen como número F, y se suelen expresar como f/X, por ejemplo, f/4.
Veremos más adelante que implicaciones tiene este valor.

Indicar, por último, que aunque el diafragma es un dispositivo que se encuentra en el objetivo, se controla desde la cámara.

Perdón por el tostón, la teoría es lo que tiene...

11 diciembre 2012

11 diciembre 2012
Amanecer

Amanecer by Cesar Dominguez

08 diciembre 2012

08 diciembre 2012
The Angels' share

The Angels' share by Cesar Dominguez

Va por ti ;)

07 diciembre 2012

07 diciembre 2012
Luminosidad del Objetivo


Antes de meternos de lleno en el manejo de la cámara manual, es necesario comentar un par de conceptos previos. Lo sé, la teoría siempre es aburrida, pero necesaria.

Luminosidad del objetivo

LuminosidadLos objetivos, analizados friamente, no son más que un canal por el que pasa la luz hasta el sensor. Sin embargo, ese canal puede ser más o menos ancho, permitiendo que pase más o menos luz hasta el sensor. Tenemos que pensar en la luz como si de una corriente de agua se tratase, y el objetivo como la cañería. Cuanto más ancha sea la cañería, más caudal de luz podrá entrar al sensor por unidad de tiempo, lo que quiere decir que un objetivo más ancho permitirá que entre más luz en un segundo que un objetivo más estrecho. Pues de una manera muy rudimentaria eso es lo que significa la luminosidad de los objetivos.

Dicha luminosidad viene representada en el cuerpo del objetivo con un número que sigue el esquina 1:X, siendo X la luminosidad del objetivo concreto que tenemos en la mano.

Se han escrito ríos de tinta sobre lo que significa ese número, llegando a decirse burradas del estilo es la cantidad de luz máxima que puede haber, o cosas como objetivos más luminosos que la propia luz o que captan más luz de la que hay. Por supuesto, esa última afirmación es completamente imposible.

Realmente ese número no es más que una relación -división- entre el ancho de la lente frontal y la longitud del objetivo. Los aficionados a la astronomía conocen muy bien esa relación, usada en los telescopios. Por tanto, el primer 1 representa la relación de un objetivo que tenga el mismo ancho de lente frontal que largo de cuerpo. El segundo número, después de los dos puntos, representa la relación de ancho de lente entre longitud de nuestro objetivo.

Por supuesto, es posible que algún objetivo sea más ancho que largo, por lo que su relación será 1:0,X -por ejemplo 1:0,9- y no pasa nada (salvo que nos tendremos que dejar el sueldo de un año para comprarlo).

Cuanto más próximo a 1 -o más bajo- sea nuestra relación, más caudal de luz penetrará en el sensor en la misma cantidad de tiempo y, por tanto, más rápido podremos cerrar el diafragma -que veremos la semana que viene- para tomar la foto.

Por supuesto, esto va en función del precio del objetivo. Aunque no todo es positivo, ya que un objetivo muy luminoso -con el número muy próximo a 1- creará un efecto de difracción molesto, ya que la luz se tendrá que expandir mucho para abarcar todo el círculo del objetivo y se verán poco nítidos los bordes. Además, hay otro término que ya hemos comentado, el de profundidad de campo, que va muy relacionado con este número.

En general los objetivos luminosos -y caros- suelen rondar el 1:1,4 ó 1:1,8 o incluso 1:2 ó 1:2,8. Los más modestos tendrán una relación de 1:4,5 ó 1:5,6.

Si el objetivo es zoom, posiblemente tenga dos valores de luminosidad, uno para la distancia focal más corta y otro para la más larga, por ejemplo 1:3,5-5,6

04 diciembre 2012

04 diciembre 2012
Árboles de arena

Árboles de arena by Cesar Dominguez

02 diciembre 2012

02 diciembre 2012
Caracola

Caracola by Cesar Dominguez

30 noviembre 2012

30 noviembre 2012
Distancia Focal

Distancia Focal fijaUno de los conceptos fundamentales de la fotografía es el de Distancia Focal. Este término, muy oído en la jerga, en ocasiones es desconocido para el usuario que se acerca por primera vez al mundo de la fotografía.

Técnicamente, la distancia focal es el espacio existente entre la lente trasera del objetivo, el cristalito de más atrás, y el plano focal de la cámara, que no es otro que el plano del sensor. Hay que tener presente que dicha lente trasera se puede mover por motivos de enfoque -por ejemplo en los objetivos que tienen enfoque interno para evitar que se desplace la lente delantera y así variar su tamaño- y, por tanto, dicho espacio de separación variaría. Precisamente por eso, la distancia focal es la medida con el objetivo enfocado a infinito.

En la práctica, mucha gente asocia la distancia focal al zoom del objetivo. Este es uno de esos conceptos erróneos que cuesta mucho corregir. Se debe, principalmente a que dicha distancia focal varía el ángulo de captación de la imagen y, por tanto, si captamos en el mismo tamaño menos ángulo, da la impresión que lo que vemos está más cerca, y viceversa, si el ángulo es muy grande, las cosas que vemos tienden a empequeñecerse. Intentemos visualizar un ejemplo: pensemos en un retrato. Vamos a captar una imagen que mide 18x13cm. Supongamos que con un ángulo de captación de 40º, en nuestra imagen de 18x13cm. captamos toda la cara del sujeto. Ahora pensemos que pasaría si reducimos el ángulo a 10º. Lógicamente ese ángulo solo nos permitiría ver la nariz. Pero claro, como la superficie de la imagen es la misma, esa nariz se verá mucho más grande, ya que tiene que ocupar los 18x13cm.

Ángulo de captación 1
El ángulo de captación determina el tamaño de lo que vemos

Pues ni más ni menos es lo que significa la distancia focal del objetivo: el ángulo de captación de la imagen. Realmente nadie habla de ángulos, y se tiene por convenio que un objetivo de unos 50mm. capta un ángulo de visión de unos 45º. Cuanto menor sea la distancia focal, mayor es el ángulo de captación. Por tanto, un objetivo de, por ejemplo, 24mm, captará un ángulo mayor que el mencionado 50mm y, de esa manera, veremos muchas más cosas en el encuadre. Es lo que se llama un angular. Contrariamente, un objetivo de, por ejemplo 105mm., captará un ángulo mucho más reducido, es lo que llamamos un teleobjetivo.

Ángulo de captación 2
Cuanto más distancia entre la lente y el plano focal, menor ángulo de captación
Para indicar este concepto, los objetivos traen un número expresado en milímetros grabado en ellos. Ese número es la distancia focal del mismo.

Distancia focal zoomEl concepto de zoom, antes mencionado, no significa nada de esto, sino que representa la capacidad del objetivo de tener varias distancias focales. Para ello, dichos objetivos tienen un sistema que acerca y aleja las lentes de su interior, pudiendo variar dicha distancia de la lente con el plano focal, siendo más versátiles que los objetivos sin zoom, fijos, que se suelen llamar. Claro que esta versatilidad hay que pagarla: en precio y en calidad, ya que al tener que ajustar varias lentes suelen dar un poco menos de calidad -últimamente inapreciable- que los que no lo llevan. En estos objetivos, aparecen indicadas dos medidas en milímetros, que son la distancia focal mínima y máxima del objetivo. Para variar dicha distancia focal se suele usar un mecanismo de rosca. El objetivo de la imagen va desde 24mm. (angular) hasta 70mm. (teleobjetivo)

28 noviembre 2012

28 noviembre 2012
Telaraña

Telaraña by Cesar Dominguez

27 noviembre 2012

27 noviembre 2012
Café con gotas

Café con gotas by Cesar Dominguez

25 noviembre 2012

25 noviembre 2012
Farol

Farol by Cesar Dominguez

23 noviembre 2012

23 noviembre 2012
Círculos de Confusión

Gotas
El post de esta semana será breve, pero un tanto denso. Intentaré explicar un concepto muy ligado al enfoque y que tiene un nombre que le viene al pelo: los círculos de confusión. Y digo que le viene al pelo, porque es un concepto más que confuso…

Comentábamos en el post de la semana pasada, dedicado al enfoque, que éste sólo se realiza realmente en un único plano. Es decir, en realidad la cámara -al igual que nuestro ojo- sólo puede tener nítidamente enfocado un punto concreto y todo el plano que se encuentre a la misma distancia que él. Sin embargo, vemos más de un plano equidistante enfocado. Eso es debido, precisamente, a los círculos de confusión.

Técnicamente, se define como círculo de confusión al tamaño del punto -diámetro- más grande que el sensor -u ojo- es capaz de captar con nitidez. Aquí ya tenemos el primer concepto confuso… si el tamaño de dichos círculos indican el límite de nitidez-borrosidad, quizá deberían llamarse círculos de nitidez, y no círculos de confusión…

En la práctica, lo que quiere decir, es que un punto de un tamaño más grande que dicho círculo, el sensor no lo captará nítido.

Por supuesto es más profundo que eso, y depende de la distancia de observación, etc. Proviene de la fotografía en película y hacía referencia a punto en el negativo, pero prescindamos de esos conceptos teóricos para intentar entender que es en la práctica.

Llegados a este punto, lo que queda por pensar es que precisamente son estos círculos de confusión lo que determinan la profundidad de campo, es decir, la franja anterior y posterior al plano de enfoque en la cual la imagen la percibimos en foco. Hablaremos de esto más adelante, pero quería dejar aquí constancia de este confuso concepto.

Para terminar, indicar que se acepta por norma -depende del fabricante, pero la mayoría se quedan con esta fórmula- que el tamaño del círculo de confusión en los sensores digitales es la diagonal del sensor dividida entre 1.500.

16 noviembre 2012

16 noviembre 2012
Enfoque

El primer punto a tener en cuenta para la correcta consecución de la foto, es el enfoque.

Haciendo una rápida descripción teórica -de esas aburridas que te puedes saltar- podemos resumir que la cámara, al igual que el ojo humano, sólo puede enfocar a un punto concreto -a una distancia concreta sería lo más adecuado- en cada momento. Técnicamente, sólo el plano en el que se sitúa ese punto se vería nítido. Gracias a Dios, el desenfoque que se produce desde ese punto hacia planos anteriores -delante- y planos posteriores -detrás- no es abrupto, sino que es muy suave -degradado- lo que permite que interpretemos como enfocados muchos planos. Todo esto se basa en un confuso concepto llamado círculos de confusión. En el post de la semana que viene nos meteremos de lleno en este concepto a ver si conseguimos sacar algo en claro.

De momento, vamos a aceptar que nuestra cámara enfoca a un rango de distancias. Uno de los principio básicos de la buena fotografía es el siguiente: el centro de atención de la imagen, el protagonista de la misma, debe estar en foco. Esto, que parece obvio en muchas situaciones, no lo es tanto en otras un poco más rebuscadas. Por ejemplo: si estamos fotografiando una magnífica fuente en un contexto urbano, parece lógico que nuestro enfoque se sitúe en la fuente, de manera que ésta se vea nítida y el fondo, quizá los edificios, que tienen menos importancia, se difuminen un poco. Sin embargo, si pensamos en un retrato a muy primer plano, podría parece que nuestro sujeto es el centro de atención. El problema viene porque con las condiciones precisas -ya hablaremos de esto- igual no está en foco la oreja y la nariz a la vez. En situaciones así siempre debemos pensar cual es nuestro punto de interés. Posiblemente en este ejemplo, sean los ojos del sujeto, y debemos fijar el enfoque en ellos.

Para enfocar, los objetivos suelen traer una rueda en su parte frontal, llamada rueda de enfoque, que permite mover el conjunto de lentes para conseguir un punto de enfoque concreto. Como decía antes, el enfoque se realiza a un punto -un plano- que está a determinada distancia. Por ese motivo, muchos objetivos incluyen una escala en metros que representa la distancia concreta a la que se sitúa el enfoque. Además incluyen una serie de marcas que comentaremos llegado el momento.
A día de hoy, casi el total de las cámaras -quizá con la salvedad de las telemétricas- disponen de un sistema de enfoque automático, bien un sistema de detección de fase, bien un sistema de enfoque por contraste.

El primero de ellos, la detección de fase, requiere un sensor específico que, habitualmente, obliga a que la luz vaya hacia él, no permitiendo que vaya al sensor de imagen. Es el mecanismo usado en las réflex, ya que el sensor sólo debe captar la luz en el momento del disparo -obturación- y no en todo momento. Es un sistema eficaz, muy rápido -su mayor ventaja- y que funciona tanto en condiciones de mucha luz, como en condiciones escasas de ella.

Sin embargo, las cámaras compactas, las EVIL o incluso las réflex en modo LightView (visualización en pantalla) necesitan que el sensor de imagen capte la luz para mostrarnos en el display lo que estamos encuadrando. Por tanto, dicha luz no puede llegar al sensor de detección de fase y no pueden utilizar este matemático método de enfoque. En su lugar, se usa el sistema de enfoque por contraste -basado en buscar el punto de mayor contraste entre bordes- que es más lento, menos preciso y requiere buenas condiciones luminosas.

Bien sea manualmente o bien mediante el sistema de autofoco, una vez que tenemos nuestra imagen definida, podremos disparar.

EnfoqueHabitualmente el autofoco se activa con una media-pulsación del botón de disparo. Esto, que resulta muy cómodo, puede ser contraproducente. Yo recomiendo, si la cámara lo permite, disociar esta función a fin de enfocar con un botón y disparar con otro. Cierto que esto nos obliga a usar dos botones a la hora de sacar la foto, pero tiene sus recompensas. Lo ilustro con un ejemplo: imaginemos una situación en la que queremos fotografiar a dos personas enfrentadas. Nuestro encuadre será repartido entre ellas, de manera que la persona A nos quede en la parte izquierda del encuadre, y la persona B en la derecha. Nuestro punto de foco estará en el centro, pero eso implica que las personas saldrían desenfocadas a favor del fondo (que es donde está el punto de foco, en el medio, en el hueco entre las dos persona). Las cámaras suelen tener una opción que se llama Bloque de Enfoque (botón AF-L) que precisamente hace eso, bloquea el enfoque donde está y no lo cambia. Usando esta función, podemos enfocar a una de las dos personas -a las que suponemos en el mismo plano- bloquear pulsando ese botón, y reencuandrar la escena nuevamente antes de disparar. Bien, con esta opción, ya necesitamos dos botones. Además, si queremos sacar una segunda foto, tendremos que repetir el proceso: mover el encuadre, enfocar a una persona, bloquear, reencuadrar y disparar. Sin embargo, si tenemos la función de enfoque en otro botón, con hacerlo la primera vez es suficiente, puesto que ahora, sin tener que desencuadrar la imagen, yo puedo pulsar el disparador las veces que quiera y la cámara no intentará enfocar nuevamente al llegar a la mitad del recorrido del botón.

No es fácil explicar esto de manera sencilla, así que si teneís cualquier duda al respecto, estoy a vuestra disposición.

13 noviembre 2012

13 noviembre 2012
Setas

Setas by Cesar Dominguez

11 noviembre 2012

11 noviembre 2012
Pizarra

Pizarra by Cesar Dominguez

09 noviembre 2012

09 noviembre 2012
Sujeción de la Cámara


Uno de los aspectos menos comentados sobre la fotografía es la sujeción de la cámara. Y es que, muchas veces, vemos a gente con cámaras réflex sujetas como si de una compacta se tratase (con 4 dedos, uno en cada esquina). No me voy a meter en temas de estilo, sino en calidad de la fotografía.

Una cámara compacta pesa poco, pero una réflex puede llegar al kilo y medio. Ese peso de cámara sujeta con 4 dedos hará que tengamos muchas posibilidades de trepidar la foto -que salga movida- y que nos quede inservible (la foto, no la cámara).

CorreaPero antes… un accesorio que acompaña a todas las cámaras es la correa. En muchas ocasiones no ponemos la correa por incomodidad de la misma, y es verdad, la correa hace que la sujeción de la cámara sea más incómoda. Sin embargo, debemos pensar en la correa como el cinturón de seguridad de la cámara. La correa al cuello, o enroscada en la muñeca, evitará que la cámara acabe en el suelo por accidente. Cierto es que muchas correas de serie de las cámaras no son precisamente cómodas, sobre todo en cámaras profesionales, con alto peso. Sin embargo, se comercializan a muy buen precio muchas correas de neopreno o acolchadas que harán esta penitencia un poco más llevadera.

Volviendo al tema principal, la posición del cuerpo -y no sólo la sujeción de la cámara- puede salvarnos una foto en una situación de luz complicada. ¿Donde colocamos la cámara para sacar una foto de manera estable? Normalmente en un trípode… pues bien, esa es la postura que debemos imitar con nuestro cuerpo -ya se que he dado pie a chistes fáciles, pero vamos a obviarlos- la de un trípode: la mejor opción es colocar una pierna más adelantada, lo que nos dará más estabilidad a la hora de concentrarnos en encuadrar y enfocar.

El dedo índice, que suele ser el que usemos como gatillo del disparador, debe situarse lo más vertical posible, para evitar mover la cámara con la parte anterior del dedo a la hora del disparo.
El dedo pulgar suele situarse en el dial principal. Cada marca de cámara usa un sistema distinto para los controles -que ya veremos- pero, en general, todas disponen de una rueda de control principal en la parte trasera. Dicha rueda suele estar a tiro del pulgar para comodidad de manejo sin tener que apartar el ojo del visor.

La otra mano -la izquierda en los diestros- debe situarse como una cuna, con la palma de la misma en contacto con la base de la cámara. De esta manera, damos un poco más de estabilidad al conjunto. Los dedos de esa mano deber abrazar al objetivo, dejando el índice y el pulgar disponibles para manejar el aro del zoom o del enfoque.
La cara, a la hora de situarla contra el visor -si no utilizamos la previsualización en pantalla- debe inclinarse un poco, para evitar hacer tope con la nariz y, de esta manera, tener una posición incómoda para el encuadre.

Si la situación de luz es muy mala y no tenemos a mano el trípode, siempre podemos recurrir a pequeños trucos, como apoyar la cámara contra una farola mientras abrazamos la misma, para dar un punto de apoyo estable. Incluso podemos llegar a tumbarnos en el suelo -o en un banco- y formar con los codos y el propio cuerpo un trípode humano y ganar así estabilidad.

Con la posición conseguida, el siguiente paso será el enfoque, la semana que viene...

07 noviembre 2012

07 noviembre 2012
Piedras & fuego

Piedras & fuego by Cesar Dominguez

05 noviembre 2012

05 noviembre 2012
Lámpara

Lámpara by Cesar Dominguez

02 noviembre 2012

02 noviembre 2012
Filtros Protectores

filtro Uno de los temas que más controversia crea en el mundo de los aficionados a la fotografía es el uso de filtros protectores para los objetivos.

Dentro del mundo de los filtros -que detallaremos en futuros posts- hay infinidad de variantes para efectos fotográficos concretos. Una de esas categorías son los llamados filtros UV o filtros Skylight. No son más que filtros transparentes, que no hacen sino filtrar la radiación ultravioleta de la luz. Hace años esto era una ventaja, pero a día de hoy, gracias a los modernos sensores, es completamente innecesario.

¿Por qué se siguen comercializando entonces esos filtros? Pues por miedo, ni más, ni menos.

Los filtros protectores son económicos y se nos presentan como la única manera eficaz de salvaguardar la lente frontal de nuestros objetivos durante años. Claro, si pasase cualquier cosa, el filtro se puede reemplazar de manera económica y sencilla, mientras que un cristal de un objetivo suele implicar tener que tirarlo y comprar otra costosa lente.

Dicho así, suena recomendable. Pero analicémoslo más a fondo…

¿Alguna vez se te ha roto un cristal frontal de un objetivo? A mi no…

Vamos a ver, es indudable que las lentes frontales son delicadas, y se pueden rayar y manchar. Pero con un poco de cuidado evitaremos esto de manera sencilla.

El primer paso a tener presente -ya comentado en el post de la semana pasada- es soplar la lente con una pera antes de pasarle un paño, ya que cualquier partícula abrasiva podrá rayar el cristal. Pero fuera de esta precaución, y con un poco de sentido común, es muy raro que a nuestras lentes les sucedan desgracias.

Un cristal frontal es MUY duro y MUY resistente. El golpe que debe llevarse para romperse ha de ser bastante grande y fuerte. Posiblemente un golpe de tal magnitud que rompa la lente, haga más destragos en el objetivo y la cámara. ¿Merecería la pena en ese caso un filtro protector? Os pongo un ejemplo -real- para que lo valoréis vosotros mismos: Llevamos la cámara en una mochila y, lamentablemente, se lleva un golpe en la parte frontal. Opciones:

  1. Sin filtro protector, el golpe recae sobre el cristal de la lente. Si no es un golpe extremadamente fuerte, casi seguro que no sucederá nada. Es más probable que se desajuste el mecanismo del zoom, o del enfoque, antes de que le suceda nada al cristal de la lente.
  2. Con filtro protector, además del citado desajuste del zoom o anillo de enfoque, posiblemente el filtro se rompa. Miles de pequeños cristales rotos caerán sobre el cristal de nuestra lente… y cristal contra cristal… rayazo asegurado.

¿Compensa el filtro?

Por otro lado, es muy rara la situación en la que algo pueda saltar y golpear nuestra lente. Si estamos fotografiando la erupción del Etna, lo suficientemente cerca, podrían caernos piedras incandescentes en la lente… ¿os veis en esa situación? Sin embargo, que yo sepa, fotografiando un paisaje, una puesta de sol, un evento deportivo, un bodegón… nadie tira piedras (quizá algún vándalo…?). Cierto que en un partido de fútbol podríamos llevarnos un balonazo, pero, en ese caso, el protector no nos salvaría la cámara…

Por tanto… ¿qué ganamos poniendo el filtro protector? Posiblemente nada, excepto acallar el miedo que nos han vendido.

Ahora viene el otro lado… ¿qué perdemos por poner el filtro? Pues es sencillo, mucha calidad de imagen. De acuerdo, para la foto del yo-estuve-aquí no apreciaréis ninguna merma de calidad -sobre todo si el filtro es bueno- pero si analizáis la foto al detalle, en el ordenador, a píxeles reales, se nota. Si queréis hacer una prueba sencilla, probad lo siguiente: Con un objetivo con filtro protector, fotografiad la luna llena una noche cualquiera… apreciaréis que sale con doble imagen… es por el reflejo del filtro. No se puede hacer la foto si no lo quitáis.

Además, sobre todo con objetivos gran angulares, podéis comprobar como las lentes frontales son curvas. Poner en estas lentes una lente plana -el filtro- es crear aberraciones cromáticas sí o sí. Las lentes las han diseñado para usar tal cual, sin más componentes delante.

En resumen… ¿filtros protectores? Yo no los recomiendo, salvo contadas situaciones como la del Etna, o si estáis fotografiando una matanza de cerdo en primer plano, con alto riesgo de salpicaduras de sangre...

31 octubre 2012

31 octubre 2012
Programando

Programand by Cesar Dominguez

30 octubre 2012

30 octubre 2012
Dedales

Dedales by Cesar Dominguez

29 octubre 2012

29 octubre 2012
Arroba

Arroba by Cesar Dominguez

28 octubre 2012

28 octubre 2012
Café relax

Café relax by Cesar Dominguez

27 octubre 2012

27 octubre 2012
Cerveza

Cerveza by Cesar Dominguez

26 octubre 2012

26 octubre 2012
Partes y Cuidados de la Cámara


¡Ya tenemos cámara! ¡Y vaya lo que nos ha costado! Pues para poder maximizar su vida, es conveniente tener presente una serie de consejos para su limpieza y cuidado.

Esquema réflex Pero antes de eso, es necesario conocer un poco sus tripas para entender como cuidarla. Primera cuestión, ¿por qué una cámara réflex se denomina así? pues se debe precisamente al sistema de visionado que se basa en la reflexión de la luz. La luz -que forma la imagen- entra por el objetivo de la cámara y llega hasta el sensor, en el que plasma la imagen. Pero antes de llegar a este, se encuentra un mecanismo que nos permite ver lo que el objetivo capta para poder encuadrar, enfocar, etc. Es el espejo. Este espejo tiene un mecanismo retráctil que permite esconderlo para que la luz pase libremente al sensor, cosa que sucede cuando apretamos el disparador. Sin embargo, mientras está bajado, la luz rebota en éste y se proyecta a la parte superior de la cámara, donde hay un prisma que redirecciona la luz hasta el visor donde acercamos el ojo.

Es importante tener presente que aunque la cámara parece un todo robusto, tiene dos partes bien diferenciadas: el cuerpo y el objetivo. Normalmente este último se acopla al cuerpo mediante una montura con sistema de bayoneta (que puede ser metálico o plástico, por supuesto mucho mejor el primer) que fija y aísla el conjunto. El cuerpo dispone de un botón que libera el objetivo.
¿Cómo debemos cuidar estas partes?

Cuidados del cuerpo

El cuerpo suele ser metálico con un recubrimiento de plástico. Su limpieza es realmente sencilla. Normalmente con un paño húmedo o una bayeta de microfibras podemos limpiarlo sin excesivo problema. Es importante poner atención a las partes de cristal, como la pantalla trasera, la pantalla superior -si existe- y, sobre todo, el visor. Son elementos más delicados que debemos tratar como se merecen y en el caso del visor, intentar no dejar ningún resto de suciedad. Es cierto que esto no afecta a la imagen obtenida, pero es muy molesto a la hora de encuadrar. Fundamental limpiar bien el cuerpo antes de separar el objetivo, para minimizar el riesgo de que entren partículas de polvo y suciedad a la parte interior de la cámara.

EspejoEs, precisamente, esta parte interior la más delicada. Al retirar el objetivo, nos encontramos de lleno con el espejo. Este espejo está ajustado milimétricamente y no se debe tocar NUNCA, ya que podría desajustarse. En caso de necesitar limpiarlo, lo idóneo es hacerlo con una pera de soplado y, en casos extremos, usar una pera con perilla y ROZAR el espejo con la perilla. Al igual que con el visor, aunque la suciedad en el espejo molesta a la hora de encuadrar, no afecta a la imagen resultante, ya que el espejo está en posición elevada a la hora de sacar la foto.

Si levantamos el espejo -normalmente las cámaras tienen una opción para esto en el menú, a fin de poder limpiarla- nos encontramos con el obturador, un elemento mecánico de laminillas MUY delicado. No se te ocurra tocarlo. Debajo del obturador nos encontramos el sensor. El verdadero corazón de la cámara y una pieza extremadamente delicada. La máxima limpieza recomendable es el soplado con pera. Los sensores modernos suelen incorporar un sistema de autolimpieza que quita algunas partículas de polvo. Si hiciese falta limpiar más a fondo el sensor, es conveniente llevarlo a un servicio técnico, pues además de delicado, es un proceso peligroso, ya que podemos rayar el sensor o incluso inutilizarlos si usamos algún líquido de limpieza inadecuado.

Si quieres saber si en tu sensor hay suciedad, hay un truco muy sencillo: coloca un objetivo, cierra el diafragma a tope -si no sabes de qué te estoy hablando, no te preocupes, lo veremos más adelante y podrás comprobarlo- y saca una foto a una pared o un cielo azul. Ahí verás si hay manchas en forma de puntos o rayas.

Si tu cámara es una EVIL, mucho ojo, porque al quitar el objetivo te encuentras de lleno con el sensor. Ni espejo ni obturador.

Cuidados del objetivo

Debemos prestar especial atención a las lentes delantera y trasera del mismo. No es conveniente tocarlas ni limpiarlas con nada que no sea una pera de soplado -siempre soplar primero- y un paño óptico describiendo círculos concéntricos de la parte central hacia el borde. Recuerda lo del soplado, porque como haya alguna partícula de arena, al frotar con el paño, imagina lo que puede pasarle al cristal…
Mucha gente usa filtros protectores UV para las lentes… de ellos hablaremos la semana que viene…

25 octubre 2012

25 octubre 2012
Se acerca Halloween

Se acerca Halloween by Cesar Dominguez

23 octubre 2012

23 octubre 2012
Gotas

Gotas by Cesar Dominguez

22 octubre 2012

22 octubre 2012
Cucharilla

Cucharilla by Cesar Dominguez

21 octubre 2012

21 octubre 2012
Vela tortuga

Vela tortuga by Cesar Dominguez

20 octubre 2012

20 octubre 2012
Arco iris

Arco iris by Cesar Dominguez

19 octubre 2012

19 octubre 2012
Illas Cíes

Illas Cíes desde Patos by Cesar Dominguez


Clases de cámaras

Clases de cámaras 

Ya tenemos claro que necesitamos una cámara con ajustes Manuales. Ahora vamos a un establecimiento cualquiera a comprarla y… ¡oh! miles y miles de cámaras, de todas las formas y colores, nos apabullan nada más entrar. ¿Cual debo escoger? ¿Será la más grande? ¿Será la más cara? Vamos a dar un rápido vistazo a las clases más frecuentes:

La cámara compacta

Pequeña en tamaño y ligera de peso, es la cámara ideal para llevar siempre encima. Es cierto que la mayoría de nosotros llevamos ya una cámara siempre encima, la del móvil, pero cualquier cámara compacta será mucho mejor que ésta. Generalmente la gente desprecia las compactas y las tacha de cámaras "malas". Pero realmente no deberíamos hacer este juicio tan a la ligera. Es cierto que su reducido tamaño implica un sensor pequeño, lo que da unas imágenes de peor calidad, sobre todo en cuanto a ruido -en tomas con luz difícil- y sus objetivos no son de muy buena calidad.
Sin embargo, posiblemente disfrutemos más de la fotografía con una de estas si nos vamos de caminata por el monte que con una mucho mayor -con más calidad- pero que pesa y ocupa muchísimo. Tanto, que o no la llevamos, o ni la sacamos de la mochila. Además, para la foto del yo-estuve-aquí, no tiene rival. Sus ventajas, además son su bajo precio y su fácil manejo.
Eso sí, que tenga controles manuales.

La cámara EVIL

Hace poco aparecían unas cámaras con pinta de compacta pero con especificaciones de cámara réflex en cuanto a calidad. Son las llamadas EVIL o CSC, que no es otra cosa que el empaquetado en cuerpo pequeño -casi compacto- de toda una cámara réflex. Sensores más grandes, ópticas intercambiables de mayor calidad, y diversas funcionalidades que no son muy frecuentes en cámaras de ese tamaño y peso.
Podríamos decir que si lo que necesitamos es una cámara compacta -por su ligereza- pero no queremos prescindir de calidad, ésta es nuestra elección. ¿Cual es el precio a pagar? Muchos euros. Son cámaras caras. Además de las características de las réflex, tienen su precio.

La cámara réflex

La cámara profesional por antonomasia. Su punto débil, su gran tamaño y peso, sin contar con el dineral que nos costará hacernos con un equipo completo de cuerpo y ópticas. Eso sí, en calidad, imbatibles. No hay color. Existen modelos con diversos tamaños de sensor, cuanto más grande, más calidad y, desgraciadamente, más precio. Claro que tendremos una cámara "para toda la vida"

A la hora de escoger, por tanto, no todo depende del presupuesto.
Es necesario pensar bien cómo quiero disfrutar de la fotografía para escoger el equipo adecuado. Para viajes, quizá una compacta de alta gama o una EVIL sea lo que necesito. Si voy a hacer panorámicas o paisajes, no me importará cargar con una réflex ya que no me moveré mucho del sitio.
Eso sí, puestos a comprar, compra una vez. Comprar dos veces -por comprar algo más barato y luego que se nos quede corto- siempre es mucho más caro.


18 octubre 2012

18 octubre 2012
Desalar bacalao

Desalar bacalao by Cesar Dominguez

17 octubre 2012

17 octubre 2012
Luces

Luces by Cesar Dominguez

16 octubre 2012

16 octubre 2012
Cinta métrica

Cinta métrica by Cesar Dominguez

15 octubre 2012

15 octubre 2012
Rincón acogedor

Rincón acogedor by Cesar Dominguez

14 octubre 2012

14 octubre 2012
Hierba & pluma

Hierba & pluma by Cesar Dominguez

13 octubre 2012

13 octubre 2012
Gato

Gato by Cesar Dominguez

12 octubre 2012

12 octubre 2012
Globos

Globos by Cesar Dominguez


¿Qué cámara necesito?

¿Qué cámara necesito?
Complicada pregunta…

Como todo en esta vida, no tiene una respuesta tajante, puesto que nuestras necesidades pueden hacer que la balanza se incline hacia uno u otro lado. Muchas veces oímos por ahí que lo ideal es tener una réflex con buenas ópticas. Normalmente eso va asociado a un precio elevado. Aun cuando el presupuesto no fuese un problema -que suele serlo- esa opción no tiene porqué ser la ideal. Por ejemplo, si queremos disfrutar de la fotografía en salidas de senderismo, una réflex de gama alta, con un objetivo luminoso, hará que nuestras cervicales odien la fotografía a los dos minutos. Pensemos que el conjunto de cámara y lente puede pasar de 2 kilos de peso.
Sin embargo, una máxima que sí se suele cumplir es la siguiente: la cámara ideal, sea del formato que sea, es aquella que tiene control Manual -normalmente representado con una letra M- entre sus opciones.

No nos equivoquemos… en muchas ocasiones necesitamos usar la cámara con automatismos, es decir, en un modo automático o semiautomático para no perder la foto, o cuando simplemente queremos la foto del yo estuve aquí.

Sin embargo, si estamos buscando una práctica fotográfica más profunda, somos nosotros, y no la cámara, quienes sabemos lo que estamos intentando conseguir, el resultado que queremos obtener. Como dicho resultado dependerá de muchos parámetros -que veremos- la cámara no puede saber cual de ellos debe ajustar para lograr el objetivo deseado. 
Sí, desde luego que nos hará una foto buena, pero no una buena foto, que no es otra que aquella que plasme lo que deseamos transmitir. Vamos a compararlo a la realización de un plato culinario. Podemos comprar una tortilla precocinada, que sólo necesitamos calentar. Sin problema, da lo que promete, una tortilla para la cena. Sin embargo, estaréis de acuerdo en que no es lo mismo que preparar una tortilla por nuestra cuenta. El resultado es el mismo -objetivamente- pero si la hacemos nosotros, aunque tardemos mucho más, nos ensuciemos las manos y -quizá- tengamos que repetir algún paso de la receta, o hacer muchas tortillas para practicar, podremos cenar lo que realmente nos apetece, con los ingredientes que hemos decidido, sin tener que ceñirnos a los que vienen en la precocinada. ¿Queremos cebolla? La añadimos. ¿Nos gusta con chorizo? Sin problema… 

Así que si estás a punto de comprar una cámara, te recomendamos que te asegures de que tenga opción de control Manual. No te arrepentirás.

11 octubre 2012

11 octubre 2012
¿Qué hay de nuevo los viernes?

Pasando páginas

Esta nueva temporada La foto de ayer tiene el gusto de presentaros a un nuevo colaborador, Masivi, que nos deleitara cada viernes con un artículo sobre fotografía, principalmente serán artículos sobre técnica, seguro que no nos defraudara.

Sin duda aprenderemos mucho con los artículos de este gran amigo, que aparte de su interés por la fotografía, actualmente lleva dos blogs, La peli de ayer y tambien un nuevo blog que ha estrenado hace muy poco Mi juego del mes.

El próximo viernes tendremos el primero, a partir de ahora vamos a desear todavía más que lleguen los viernes. ;-)


33

33 by Cesar Dominguez

10 octubre 2012

10 octubre 2012
Pliegues

Pliegues by Cesar Dominguez